“-Mamá, mamá, quiero tener un hermanito- Me dice Nacho, cuando tenía cuatro añitos.
-Uy cariño-Le respondo-Eso no puede ser.
-Pero es que yo quiero un hermanito-Me insiste.
-Buenooo cariño, pues ya tienes a Sergio– Contesto pensando que la conversación no va acabar bien.
-Ya mamá, quiero más hermanitos– Él sigue con la suya.
-Eso no puede ser cielo, mama es mayor ya para tener más hijos– Le digo resignadamente.
-No pasa nada Mama, vamos a un centro comercial y lo compramos- Sentencia.
Emoticono de cara sorpresa+ emoticono de cara riéndose+ emoticono de carita triste.
Y.…. es que los hermanos son tan importantes que hasta que no llegas a la edad adulta no eres consciente de ello.
Yo la pequeña de cinco hermanos se bien de lo que hablo…. y por suerte,hasta la fecha de hoy mis hijos han podido vivir la importancia que tiene un herman@ en la vida.
Hemos podido discutir, renegar de ellos, ignorarlos, molestarlos y un sinfín de faenas inimaginables. Sin embargo, un herman@ es uno de los mayores tesoros que podemos tener en esta vida. Los herman@s son esos “enemigos” con los que más pelearemos y a los que, sin ninguna duda, más amaremos, con unos tendremos más afinidades, y con otros discutiremos más, pero lo que está claro…es que, por lo menos yo, sé que siempre podré contar con ell@s.
Y la verdad, es que me hubiera gustado poder tener más hijos, o no, miento, la responsabilidad que conlleva tener un hijo, me hace cuestionar esta decisión, pero por contradictorio que parezca, sí que me hubiera gustado que mis hijos hubieran tenido una hermanita, y otro hermanito…y si me apuras, hasta otra hermanita.
Los hermanos no sólo tienen en común los genes, la cultura, la educación o la clase social, además comparten las mismas experiencias dentro de la familia y viven los mismos acontecimientos. Cada persona es única y tiene su propia personalidad, dos hermanos criados bajo el mismo techo pueden desarrollar formas de comportarse diferentes, sin embargo, ambos comparten los mismos recuerdos y vivencias, y eso hace a cada uno de ellos especiales y únicos. Y cuando llegamos a adultos…todo es importante en las relaciones, en las vivencias.
Me encanta cuando veo a mis hijos pelearse, y al cabo de cinco minutos están jugando felizmente, me encanta ver cómo se dicen ” te quiero tete” con naturalidad, me encanta ver como olvidan…pero olvidan de verdad, sin astillas en el corazón, con naturalidad.
Así que una vez más…me propongo decirles a mis herman@s que los quiero, agradecerles estar a mi lado en los buenos y en los malos momentos, poder algún día devolverles la ayuda que me han prestado, y pedirles que me perdonen aquellos momentos en que mi ego se apoderó de mí y dejó salir lo peor…porque en esencia los amo.
Va por vosotros, Lente, Kapi, Bego y Javier.