-“¿Dónde vas mami? – Me pregunta Nachete mirándome mientras termino de pintarme los labios.
– Me voy a ver un monologo con Elsa, que hoy es su cumpleaños– Contesto sin ni siquiera mirarle.
– ¿Un qué?, ¿Qué es eso? – Pregunta con curiosidad.
– Un monologo es como una obra de teatro en la que solo hay un actor y todo el rato habla, contando cosas graciosas– Le explico sin dar más detalles.
– ¿Y entonces hace risa? – Sigue preguntando tomando carrerilla.
– Si cariño, en este caso ellas son muy divertidas, seguro que nos reiremos un montón, que falta nos hace- Contesto con cierto tono de resignación.
– Pues yo esta mañana me he partido de risa con Eric contándome chistes, si quieres te los cuento y no hace falta que te vayas al monologo ese – Me dice convencido de haber tenido una buenísima idea.
– Venga cuéntame alguno– Le digo, sin hacerle mucho caso, llego tarde.
– ¿Cuál es el país que ríe y explota? – Pregunta con una sonrisa de oreja a oreja.
– No se cariño– Contesto temiéndome lo peor.
– Ja-pon– Grita a carcajadas- ¿Lo pillas? – sigue riéndose-Japón.
– Que malo, Nacho– Le recrimino mirándole a los ojos sin haberle hecho mucho caso.
– ¿No te hace gracia? ¡Madre mía!, como vayas con esa actitud al monologo ese, vas a hundir a las “actoras”.”
Ahora sí, ahora es cuando el emoticono de carita riendo con las lágrimas cayendo queda plasmado en mi cara, por la respuesta contundente de mi hijo ante la falta de mi sentido del humor.
Y es que la lógica aplastante de los niños, es reírse por todo, porque ¡Que a gusto te quedas después de reírte a carcajadas un buen rato!
Y la verdad es que investigando un poco sobre la risa, he descubierto que reírse ayuda a prevenir los infartos, ya que los espasmos que se producen en el diafragma fortalecen el corazón y los pulmones, facilita la digestión, al aumentar las contracciones de los músculos abdominales, refuerza el sistema inmunológico. Hasta se ha demostrado científicamente que 15 minutos de risa al día nos ayuda a adelgazar 50 calorías al día ( la otra noche queme aproximadamente 350) , vivir 4 años mas y aliviar el dolor.
Y todo esto sin obviar los efectos en nuestro estado de ánimo, la risa nos ayuda a afrontar emociones desagradables, no es posible sentir enfado, ansiedad o tristeza cuando se esta riendo. La risa nos ayuda a ver las cosas de manera distinta, menos amenazante, además de ayudarnos a distraernos de las preocupaciones, cortando los pensamientos negativos.
Y no solo eso, sino que la risa permite estrechar relaciones, aumentando la confianza, los sentimientos de pertenencia, amistad y facilita la comunicación entre las personas, disminuyendo los niveles de agresividad.
Incluso si la risa es fingida nos sentimos mejor, porque el cerebro hace una relación entre la expresión y el estado de ánimo, por eso al poner el cuerpo en un estado particular, en este caso forzando una sonrisa, puede dispararse la emoción de la alegría en el cerebro y darnos sensación de felicidad.
Pero la verdad es que a los adultos nos cuesta reírnos, pero no hablo de sonreír, o de esbozar una mini risa, o una pequeña carcajada, sino me refiero a esa risa natural y contagiosa de los niños que nace desde lo mas profundo de su ser por la más pequeña tontería. He leído que la ciencia ha estudiado que los niños se ríen unas 300 veces al día de media, los adultos no más de 17 y lo curioso de esto es que ellos lo hacen naturalmente, y nosotros que sabemos los beneficios para nuestra salud, que incluso hemos oído hablar de la risoterapia como alternativa para combatir el estrés, la utilizamos mucho menos.
Y es que esta capacidad de reír por todo y por nada de los niños, la vamos perdiendo conforme vamos madurando. Las preocupaciones, las responsabilidades, los problemas, el día a día nos va mermando esta capacidad innata que poseemos todos los seres humanos de reír, de sonreír, y yo creo que además vamos perdiendo la capacidad de sorprendernos, la capacidad de disfrutar de los momentos más sencillos, hemos perdido quizá algún punto de conexión con nuestra energía vital.
Y yo la otra noche, pude verificar todos estos beneficios, porque lo cierto es que me reí durante una hora y media a carcajada, pero no solo eso, sino que la hora posterior, aun estuve riéndome comentando la actuación, y al día siguiente volví a reír al contarle la experiencia a familiares, amigos e incluso a mis hijos, por lo que el “efecto monologo”, puedo decir que aun dura en mi persona.
Así que, riamonos más, aunque tengamos que fingirla, provoquemos situaciones en las que la risa fluya, quedemos con aquellos amigos que son los “graciosillos del grupo”, vayamos al teatro a escuchar monólogos, al cine a ver comedias, dejémonos de noticias, periódicos y todo aquello que nos transmita tensión, y escuchemos todo aquellos que nos haga reír, porque en definitiva, depende de nosotros, de nuestra actitud, de lo que queramos tener en nuestra vida. Tengo la libertad de elegir entre una comedia y un drama, así que RIAMOS.
Aquí os dejo un enlace de “Las Raras”, dos actrices cómicas estupendas que dramatizan situaciones de la vida diaria con grandes dosis de humor inteligente.
https://www.youtube.com/watch?v=C_Sdpy6eAWc