“- Upssssssssssssssss, perdón.Veo que interrumpo – Dice Sergio entrando en la cocina.
– Que quieres– Le digo muerta de risa, nos ha pillado a su padre y a mi dándonos un beso… de tornillo.
– Nada, nada, seguir dándoos besitos– Dice dándose la vuelta.
– Pero, Sergiooooooooooooooo, mira lo que nos queremos papá y yo– Continuo riéndome, sé que se pone nervioso.
– A mi dejarme en paz– Me dice muy serio- Ya sé que os queréis, no hace falta que lo vea representado– Sentencia.”
Y es que estamos en la época en la que mi hijo mayor se está volviendo muy pudoroso con ciertos temas.
Esto os lo cuento porque esta semana, me han hecho una pregunta que me ha hecho reflexionar: ¿Te gustaría que cuando tus hijos sean mayores, tuvieran la misma relación de pareja que tienes tú? Pregunta que os lanzo a todos para que la contestéis, pero antes de hacerlo, dejarme que os cuente…Este fin de semana, el tema del Master ha sido “El aprendizaje en pareja”. Días antes de asistir, al comentárselo a mi marido me dijo: “Madre Mia, que miedo, la que me espera”, y yo me eche a reír, la verdad es que es el primero al que le cuento todo lo que aprendo, y con quien pongo en práctica mis nuevos aprendizajes. Y es que, claro, ¿Quién cree tener la relación perfecta?
Tengo que reconocer que desde que comenzó el seminario, me puse a la defensiva ante frases rotundas que escuche: “la mayoría de relaciones de pareja funcionan mal”, “Si alguna vez has dudado, es que algo no funciona”, “el amor para toda la vida no existe”, y algunas otras.
Pero ahora, con más perspectiva y después de unas horas de haber podido colocar todo lo que he oído, puedo contestar a la pregunta del inicio con un SI rotundo, porque creo que siendo mejorable en muchas ocasiones, el amor es sentirse a gusto y felices al lado de alguien la mayor parte del tiempo, aun sabiendo que a veces las cosas no irán tan bien, y que tendremos días peores. Se trata de estar así de manera natural, sin tener que esforzarnos ni renunciar a ser nosotros mismos. Y es que lo primordial es que nuestros valores más importantes coinciden, pensamos igual en lo que realmente es importante, y eso nos lleva a caminar de la mano. Todo ello a pesar de que nunca hay garantías en lo que se sienta o se vaya a sentir mañana, pero si siendo una decisión que vamos tomando día a día, y sabiendo que son los actos, y no las palabras las que nos dicen si una persona nos ama.
La pregunta a estas alturas es ¿Si tu pareja fuese igual dentro de 10 años, la elegirías?.