“- No puedo Mamá, no me va a salir-Dice Sergio con voz desesperada.
– Venga cariño, si puedes hacerlo– Contesto mirándolo fijamente.
– Es que no me sale – Vuelve a repetir lloriqueando.
– Sergiete por favor, no digas que no puedes sin ni siquiera intentarlo- Le digo con tono recriminatorio.
– Venga Sergio, ¡no te rindas!- Resuena la voz de Nacho gritando desde la otra habitación”.
Y yo que no creo en las casualidades, no tengo más remedio que compartir este poema de Mario Benedetti que apareció en mis manos a los 10 minutos de esta conversación:
Note rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Porque últimamente me voy a tener que repetir constantemente estos párrafos. Y es que hay épocas en las que piensas que todo es una locura, que lo que creías que era cierto, a lo mejor es mentira, que lo que pensabas que era un sueño, a lo mejor solo es un deseo irrealizable, que lo que sentías en lo más profundo de tu corazón a lo mejor es una falacia.
Pero es cierto que aún en estas épocas en la que lo gris cubre lo rosa, también existen las señales, y esta ha sido una de las tantas que últimamente me llegan.
Así que leeré este poema cada vez que los necesite, y se lo leeré a mis hijos siempre que vea que tiran la toalla sin intentarlo, porque rendirse, nunca será una opción.