“- Mami estas muy concentrada– Me dice Nachete curioseando la pantalla del ordenador.
– Si cariño, es que estoy escribiendo– Le contesto sin hacerle mucho caso, me siento inspirada.
– ¿Y qué escribes? – Me pregunta intrigado.
– Un Blog que hace mama todas las semanas– Respondo sin hacerle mucho caso.
– ¿Y eso que es? – Me dice con cara de incredulidad.
– Pues es una especie de diario que empecé hace un año, en el que escribo cosas que comparto con los demás por si les puede interesar– Contesto mirándole fijamente con la esperanza de que acabe la conversación, no vaya a ser que se me vaya la inspiración.
– ¿Pero un diario no es secreto? – Ataca de nuevo.
– Bueno, un Blog, precisamente es todo lo contrario, lo escribes para compartir- Digo susurrando temiéndome lo peor.
– Anda, y yo puedo también compartir lo que pienso– Me dice todo emocionado.
– Claro cariño, empieza a escribir lo que quieras y luego lo compartimos con quien te apetezca -Respondo a sabiendas que la cosa no va ir mucho más allá de esta conversación.
– Ah, bueno…. espera, si hay que escribir, paso, que yo no tengo buena letra– responde dando media vuelta y saliendo de la habitación”.
Viva la caradura de mi hijo, que cuando quiere el ordenador es su mayor aliado, y cuando no le interesa resulta que no existe ni siquiera para escribir.
Y es que esta semana estoy de aniversario. Hoy hace un año que comencé esta aventura de blog llamada “reinventarse a los cuarentaytantos” y resulta que lo que comenzó como algo personal, sin trascendencia, por entretenimiento, se va acabar convirtiendo en una parte de mi proyecto profesional que esta de camino. Y es que hoy precisamente le contaba a una amiga como había nacido este blog, como un día en mi pueblo, Viver, ( si Toni, después de tantos años ya lo considero mi pueblo) un día de agosto, en la piscina, en la cual para poder bañarte tienes que tener más valor que los 4 fantásticos enfrentándose a todos los malvados del Universo, y mas aburrida que mis hijos sin amigos, comencé a escribir, sin pensar, sin darle mas vuelta que la que iban marcando mis dedos sobre el teclado de mi teléfono móvil. Y así sin más, a la semana siguiente volví a sentarme delante de mí nueva creación, y una vez mas mis dedos comenzaron a bailar por el teclado como si tuvieran vida propia, sin poder pararlos hasta que apretaba el “compartir público”, momento en el cual sentía una especie de satisfacción-vacío, algo así como una mezcla de ganancia-perdida que con el paso de las semanas me ha creado un poco de adicción.
Y si, la verdad es que en estos momentos me siento orgullosa de este pequeño reducto de mi ser que circula públicamente, sobre todo porque por una vez en mi vida, siento que la constancia no es aquello de lo que carezco, como me habían dicho desde pequeña y que yo me había creído, sino que cuando estas conectado con lo que te gusta y con lo que quieres, no se trata de ser constante, sino de disfrutar de lo que haces.
Y si, la verdad es que ha habido semanas que se me ha hecho cuesta arriba escribir sobre algo, bien porque no me sentía inspirada, bien porque me daba pereza o bien porque me sentía que no tenía nada que aportar. Pero también es verdad que venciendo la mayoría de las veces esas voces internas que me llamaban al lado oscuro, una vez me sentaba delante del ordenador, el móvil o la tablet, mis dedos siempre han caminado solos hasta llegar al punto y final.
Y es que haciendo un repaso he escrito de un montón de cosas, he escrito sobre la importancia de la respiración, de cómo la respiración nos ayuda a eliminar la ansiedad, el estrés, de como nos ancla en el momento presente reduciendo la intensidad y velocidad de nuestros pensamientos.
He hablado de mis hijos, de su educación, de su lenguaje, de su maestría, de la adolescencia, de como cambia la vida cuando eres madre.
He escrito sobre aquello que he aprendido este año cursando el Master de Desarrollo Personal y Liderazgo y que ha supuesto un descubrimiento para mí, saber que parte de mi forma de actuar viene determinada por mi esqueleto psicológico, y que, conociéndolo, puedo anticiparme a reacciones instintivas que he tenido y que no se de donde venían. He aprendido a cuestionar mis pensamientos, a entender el poder de todo aquello que aprendí desde niña y que me he creído sin ponerlo en duda. De como el sexo, puede convertirse en algo más que un encuentro físico entre un hombre y una mujer.
Pero también he abierto la ventana de mi intimidad, de mis sentimientos mas profundos, de mis anhelos, sueños, miedos, sintiéndome más vulnerable, pero también más humana, y he hablado de mis hermanos, de cuanto echo de menos a mi madre, de lo mucho que quiero a mi marido, de lo que ha supuesto la dependencia a la imagen para mí, del miedo que me dan los cambios, el futuro.
Y llegados a este punto únicamente me queda dar las gracias ha todas aquellas personas que semana a semana me han leído, aquellas que me han dejado un comentario y que me animan a seguir y a esas otras que lo hacen desde el silencio, pero que sé que están ahí.
Gracias porque en esos momentos en que las voces de la oscuridad han venido a visitarme, una voz luminosa me ha preguntado sobre lo que iba a escribir, o me ha dicho cuanto le gustaba mi Blog animándome a continuar, creciendo cada día un poquito.
Por todo ello… hoy lo celebraré, y brindaré por todos vosotros. GRACIAS.